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El periodo estival puede convertirse en un verdadero infierno para los estudiantes y no sólo por las altas temperaturas. Muchos son los factores que influyen en el estado de nervios de los estudiantes, como la falta de tiempo, el calor o la presión de la familia, si bien, el estrés y el agobio propios de estas fechas constituyen el peor escollo para poder aprovechar al máximo las horas de estudio.


Un estudio de la Universidad CEU
Cardenal Herrera de Valencia ha determinado que la sensación de ansiedad que conllevan los exámenes de los estudiantes se incrementa en los meses de verano. A esto hay que añadir el calor, la alimentación, el ruido, la soledad y los problemas personales, que dificultan en gran medida su concentración.

Los estudiantes generan una ‘ansiedad anticipatoria’, esto es, una predisposición a suspender el examen por pensar en los malos resultados obtenidos en junio, en que no son capaces de aprobar o en que no han hecho todo lo que deberían. Mónica Fontana, psicóloga y profesora de Ciencias Psicosociales aplicadas de la Universidad CEU Cardenal Herrera, destacó que uno de los factores que crea ansiedad ante los exámenes es el estar en un lugar de veraneo “poco apropiado para el estudio”, donde existen muchas distracciones.

La ansiedad impide dormir bien, por lo que el estudiante se encuentra más cansado y no puede concentrarse como debería. También puede verse agravada por la falta de tiempo y la proximidad de los exámenes. Es importante tener en cuenta las características personales de cada persona, ya que las personas más débiles son las “que tiene más riesgos de sufrir ansiedad”. La ansiedad atañe tanto a chicas, como a chicos, y el porcentaje de estudiantes afectado por el estrés se halla entre un 20 y un 25%.

El deporte es una de las mejores maneras de reducir el estrés ante los exámenes, aunque existen otras alternativas más jugosas: un reciente estudio realizado por varias universidades ha demostrado que comer helados puede ayudar a reducir el estrés tanto físico (el dolor) como psicológico (la ansiedad).


Consejos para aprovechar las horas de estudio

Lo primero que tienes que tener en cuenta es que no hay ninguna fórmula mágica para estudiar, si bien es cierto los expertos recomiendan una serie de hábitos que pueden ayudarte a aumentar tu rendimiento en los estudios de forma significativa..

Antes de ponerse a estudiar es necesario acondicionar el lugar. Es importante que la habitación esté bien ventilada, que tenga luz suficiente y que no haya a la vista objetos que puedan distraernos. La luz es esencial, una luz demasiado fuerte cansa la vista y, por el contrario, una luz demasiado débil la fuerza innecesariamente. Si se estudia con luz natural, se debe procurar no hacer sombra sobre el libro o los apuntes y, si es con luz eléctrica lo mejor es contar con la iluminación del techo, más una lámpara de escritorio.

Para estudiar se necesita silencio, pero el silencio absoluto es imposible. Para evitar perder la concentración con ruidos externos, los expertos recomiendan escuchar música instrumental, con un volumen bajo, mientras se estudia. Otra posibilidad es lo que se conoce como ‘ruido blanco’, es decir, un sonido constante, como por ejemplo el de un reloj. Cuando un estimulo se vuelve permanente, el cerebro deja de registrarlo y el sentido, en este caso el del oído, permanece relajado.

El calor influye a la hora de estudiar y disminuye el nivel de concentración. Se recomienda estudiar a primeras horas de la mañana o bien por la noche, cuando las temperaturas no sean máximas. Ventilar la habitación, mantener una alimentación equilibrada y beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día son las mejores técnicas para combatir el calor.

Organizarse bien el tiempo permite prepararse de forma metódica el temario del examen y poder disponer, además, de tiempo de ocio, para disfrutar con los amigos o practicar deportes. Quedarse sólo en el piso en el que se ha residido durante el curso lectivo aumenta la sensación de agobio y soledad. Hay que tener en cuenta que no son las situaciones de evaluación las que generan más estrés, sino que éste aparece de forma más intensa en relación con el agobio que provoca la relación cantidad de trabajo y de tiempo.

No es recomendable estudiar muchas horas seguidas, por cada hora de estudio se debe hacer un descanso de 10 minutos. Este descanso tiene que servir para desconectar unos minutos, por lo tanto no se deben realizar ciertas actividades, como ver la televisión o conectarte a Internet, que pueden demorar más tiempo del necesario. También es importante llegar a acuerdos con familiares, amigos y pareja para respetar las horas de estudio.
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